En la hora de los recuentos, conversamos con el presidente nacional de nuestro sindicato respecto a los hitos más importantes del periodo que termina para nuestro Directorio, y los importantes desafíos que esperan a los compañeros y compañeras que guíen el futuro de nuestra organización en un momento extraordinario de la historia republicana del país.

¿Cómo recuerdas la instalación del directorio?

Cuando asumimos lo hicimos en torno a ciertos compromisos e ideas fuerza que debían refrendarse en Asamblea en el mes de abril. Pero en marzo nos encontramos con la pandemia del Covid-19 y el encuentro sólo pudo realizarse en julio de ese año, por lo que estuvimos en una situación extraordinaria e inesperada que afectó seriamente a las organizaciones sociales en lo referido a temas organizativos y de participación, y especialmente a los sindicatos. Desde esa perspectiva, las primeras tareas que debimos enfrentar como directorio fue la de participar activamente en las mesas de trabajo donde se estaban definiendo los perfiles de cargo y la estructura de cada Dirección Regional, trabajo que se realizó en conjunto con cierto éxito porque está casi terminado, faltando solamente las bandas de sueldo de los Código del Trabajo, eso está pendiente.

Respecto a lo anterior nuestra evaluación es medianamente positiva ya que pudimos contener los despidos a niveles mínimos, pero no detenerlos, y los consiguientes triunfos que ANFUCHID y otros sindicatos del sector público han ido obteniendo en tribunales. En el caso nuestro, el triunfo más emblemático fue la reincorporación de compañeros despedidos con dilatada trayectoria en el servicio.

El directorio de la Asociación debió enfrentar un periodo extraordinario debido a la pandemia, ¿cómo evalúas esa experiencia?

Creo que la pandemia “permitió” también el recurrir a la tecnología como mecanismo de participación, donde pudimos recibir aportes y críticas de forma directa, y eso le hace muy bien a la dirigencia. Realizamos más asambleas extraordinarias que en ningún otro periodo en la historia de la Asociación, pero el formato es agotador. Todas nuestras reuniones han sido telemáticas y es entendible que nuestras bases estén algo cansadas con el formato.

Adicional a esto debieron enfrentar una autoridad institucional especialmente poco dialogante

ANFUCHID se ha enfrentado al gobierno más de derecha que hemos visto, y en el Instituto hemos debido lidiar con una Dirección absolutamente superditada al mandato del Ministerio del Deporte, sufriendo una persecución sindical inédita. No recuerdo haber enfrentado nada con este nivel de brutalidad. Se levantaron tres sumarios contra dirigentes, dos regionales y una nacional, además de un menosprecio por el valor de mantener una buena relación con las organizaciones sindicales, Sofía Rengifo dejó de recibirnos en marzo de este año. A esto se suma un centralismo inédito en la historia institucional donde los directores regionales no pueden tomar ninguna decisión sin consultar todo a Santiago. Pero lo más grave fue la persecución sindical a nuestros dirigentes a través de un montaje que jamás debe repetirse. Para eso necesitamos una organización sindical fuerte.

Al respecto nuestro Sindicato siguió la senda de la denuncia responsable, en Contraloría, en la Cámara de Diputados en su rol fiscalizador, etc. Ya que entendemos que ningún gobierno, del color que sea, se le puede permitir actuar de la forma que actuó el gabinete de la ministra Cecilia Pérez. Creo que el corolario de esta persecución abierta fue lo ocurrido a fines de agosto de este año con el encarcelamiento de los dirigentes de ANFUCHID, a través de un montaje que vamos a desenmascarar en los próximos a través de abogado que nos representa, y a través de las grabaciones entregadas por el Estadio Nacional y nuestro equipo de comunicaciones. Creo que ese fue el punto más alto de una administración represiva, que desprecia a los sindicatos, que nos menosprecia, que le cuesta el diálogo.

Otro punto relevante fue el trabajo desarrollado por nuestros dirigentes base y otras organizaciones con el tema de la Memoria en los sitios del Estadio Nacional, en conjunto con la Corporación, donde ganamos dos batallas muy importantes que debemos valorar en su real dimensión ya que logramos paralizar la construcción de un “Arena 2”, en una lucha en conjunto con las organizaciones de Memoria y las autoridades comunales, y además conseguimos el retiro de las rejas que profanaron el sector del Camarín de las Mujeres del Estadio, donde la autoridad responsable de los sitios de Memoria, Consejo de Monumentos y Bienes Nacionales, debió ordenar en tres ocasiones el retiro de las rejas. Lo que finalmente se concretó.

Nuestro directorio se la jugó por un sindicalismo socio-político, donde entendemos que no podemos permanecer neutrales frente a los desafíos de nuestro tiempo. Nos jugamos el todo por el todo en nuestras Asambleas por el Apruebo y por dejar atrás la Constitución del ´80. Es muy importante destacar que nuestra asamblea decidió por unanimidad hacer un llamado a aprobar una nueva Constitución vía Convención Constitucional.

¿Cuáles son los desafíos que deberán afrontar las nuevas directivas?

El futuro de nuestro escenario de lucha se define en las elecciones de este domingo. Conminamos a todos los trabajadores y trabajadoras a leer los programas, y a optar por un gobierno democrático que defienda el trabajo de la Convención y donde la práctica deportiva sea reconocida como un derecho social, y en lo personal creo que eso es representado por las miradas más progresistas. La derecha le hace mucho daño a los trabajadores y trabajadoras de nuestro país y a sus organizaciones, bloqueando la posibilidad de que tengan más poder de decisión y hay que tener conciencia de la importancia de lo que nos estamos jugando.

En el caso de salir electo un gobierno dialogante con los trabajadores, es muy importante que podamos dejar establecida una Carrera Funcionaria para todos y todas. Debemos terminar con la arbitrariedad de las autoridades, del color que sean, y esa es la única forma de tener una verdadera Carrera Funcionaria a nivel nacional, regional, y en cada centro de responsabilidad. Y jugársela por un sindicalismo más comprometido con el país que viene.

Finalmente, creo que es muy importante seguir adelante con el proceso de reforma a nuestros estatutos, y que ya se ha iniciado, a fin de posicionar a nuestra organización en línea con los estándares que nos impone la sociedad en la que vivimos.