En esta entrevista a fondo con el fisiólogo deportivo y entrenador Dr. Jorge Cajigal, despedido intempestivamente de su cargo en el CAR tras 25 años de servicio, abordamos el momento que vive el alto rendimiento en nuestro país, los deficientes resultados obtenidos por el Team Chile en los recientes Juegos Olímpicos de Tokio, y las insólitas excusas que dio Cecilia Pérez luego de concluida la competencia, además de las circunstancias de su despido.

Antes que todo, quisiéramos conocer sus sensaciones respecto al reciente título de Martín Vidaurre en la categoría sub-23 del Campeonato del Mundo UCI de Mountain Bike, disputado en Val di Sole, Italia, en cuya preparación usted tuvo participación activa.

Estoy muy contento y emocionado por el resultado que obtuvo Martín. En un evento de esta magnitud participan más de 100 corredores del todo el mundo. Sólo los mejores. Ver por primera vez en la historia a Chile en lo más alto del podio en una competencia mundial de Ciclismo, con nuestra bandera en lo más alto y el himno patrio, nos hizo emocionar hasta las lágrimas a mí y a mi familia. Si bien lamento que no hayamos podido hacer la preparación que teníamos proyectada, ya que con todo lo sucedido el 2020 y 2021 tuvimos que reinventarnos un poco, lo más importante es este logro extraordinario, que no sólo es fruto de las condiciones naturales de Martín, sino que además del apoyo de su familia, COCH y de la seriedad de trabajo que llevamos a cabo.

¿Cuál es la visión que tiene del momento actual del Alto Rendimiento?

Absolutamente preocupante. Estamos ad portas de ser los anfitriones en los próximos juegos Panamericanos, y tengo la sensación de que estamos haciendo un muy buen trabajo en materia de infraestructura, equipamiento y una muy buena campaña de marketing, pero nos estamos olvidando del recurso humano, es decir, la preparación adecuada de deportistas, que no abarca sólo lo económico y también debemos ocuparnos de capacitar y mejorar especialmente a los entrenadores.

Hace 25 años, cuando partió el Centro de Alto Rendimiento, donde participé desde un inicio, este tema ya era discutido con un grupo de profesionales cubanos. Había especial preocupación por la detección de talentos y a la vez por los deportes estratégicos. Por el contrario, la ministra Pérez señala, obviamente improvisando, que se busca la masividad, lo que se traduce en que mucha gente clasificó a los JJOO, pero no nos preocupamos de aquellos deportistas que sí tenían posibilidades de llegar lejos, teniendo además la certeza de que había algunos que iban a llegar adonde llegaron y nada más.

En lo que se refiere al programa de detección de talentos actualmente en marcha, Promesas Chile, no se está cumpliendo. Tengo el lamentable caso personal de una chica del sur que, siendo campeona panamericana, desde hace dos años la llaman por teléfono para preguntarle “qué necesita” y no pasa nada. Le hacen honor al nombre del programa, “promesas” …

Por otro lado, la gente que está a cargo de estos programas son personas muy jóvenes, que no entraron por Concurso Público, son la opción de profesionales más económicos y que claramente no son las más capacitadas para desarrollar esta labor profesionalmente. Falta un equipo realmente serio, con experiencia y que sepa lo que es detectar talentos y guiar los procesos apoyando a los entrenadores y deportistas. Esta importante tarea no se puede dejar en manos de jóvenes sin experiencia ni criterio para escoger a aquellos deportistas que nos representarán en el futuro. Por otro lado, los jefes de estos jóvenes son gente amiga de las autoridades que les queda grande el poncho, y eso se explica porque se les elige a dedo por afinidades políticas y no por competencias.

La gente que ocupa los cargos altos, cargos políticos de confianza, no tienen conocimientos, formación ni experiencia, pero reciben muy buenos sueldos, mientras que las personas que están en el día a día trabajando “en la cancha” no las tienen bien pagadas.

Todos saben que Chile es uno de los países que más gasta recursos en Alto Rendimiento en Latinoamérica, pero cuando se ve como una inversión, y no como un gasto, es porque se está haciendo un buen trabajo. Por supuesto que hay excepciones donde se trabaja muy bien, como por ejemplo la Federación de Remo, donde están puestas muchas de las esperanzas del Alto Rendimiento por la enorme cosecha de medallas que tuvo en los Panamericanos de Lima y los Sudamericanos de Cochabamba. Por eso es muy importante que cuando se hace un análisis del Alto Rendimiento en Chile, se haga con y sin el Remo, ya que cuando sacas este hermoso deporte del análisis, se puede ver claramente que el tema no está funcionando; hay mucho gasto y pocos resultados.

Para los próximos juegos Panamericanos de Santiago 2023, se proyecta un gasto de 200 millones de dólares. ¿Cuánto se va a destinar al recurso humano?, creo que menos del 1%. El resto se irá a pagar los altos sueldos de quienes ocupan cargos directivos y los enormes gastos de infraestructura que posiblemente no queden botados como “elefantes blancos”.

¿Cuál es el factor más relevante en la planificación del Alto Rendimiento?

Lo más importante es la formación y capacitación de los entrenadores. Y aquí es donde tenemos un grave problema, ya que, en las escuelas de educación física, desde que se dejó de lado la parte deportiva para dar prioridad a lo pedagógico, creo que es donde comenzó el declive. Por otra parte, no hay una institución en Chile que se haga responsable de la capacitación permanente de nuestros entrenadores, especialmente en las Ciencias del Deporte. Entonces, ¿dónde se forman nuestros entrenadores?, ¿quiénes los forman? Lo único que se ve son instituciones que se echan la culpa entre ellos. La capacitación sebe ser seria, permanente y aterrizada. No se debe basar en esos “parches educativos” que se han desarrollado en pandemia de realizar seminarios de actualización con temáticas alejadas de la realidad donde casi no participan los entrenadores, actividades que son un fracaso a cargo de personas sin el currículo ni credibilidad en el área. Sin embargo, pareciera que el COCH finalmente tomará las riendas del problema con certificaciones de los técnicos, esto sería algo muy bueno y absolutamente necesario.

Hoy un entrenador de nivel olímpico recibe 150 o 200 mil pesos mensualmente y con eso es imposible dedicarse profesionalmente. El tema ha ido mejorando con los años, pero los pagos impiden que el entrenador se dedique, se capacite y, sobre todo, que pueda viajar a hacer una preparación intensiva con sus deportistas. Si tenemos a nuestros entrenadores trabajando en colegios, y entrenando deportistas de Alto Rendimiento como un “pituto”, no vamos a avanzar. Se deben profesionalizar a nuestros entrenadores. Afuera un entrenador de un deportista olímpico recibe 5.000 Euros para dedicarse 24/7 a su deportista.

Respecto a lo que ocurrió en Tokio, simplemente se está cosechando lo que se sembró. Se ha hecho una buena gestión en financiamiento, personalmente no tengo nada que decir de Team Chile y COCH, a nosotros nos apoyaron 100%, pero, como suele suceder, después de cada evento importante, viene el tiempo de las excusas, y al momento de hacer la evaluación la creatividad de los políticos es impresionante: Si lo que más acomoda es la cantidad de medallas de un determinado metal, o el número de medallas en general, y de acuerdo a lo que mejor convenga, se usa ese criterio. Y además ahora se inventó una nueva categoría: el número de personas que participó en los JJOO. Pero no podemos olvidar que estos análisis son bastante pobres ya que, por ejemplo, en cada evento se van agregando nuevas disciplinas y sumando nuevos cupos, y hay un buen número de vacantes que se dan a través de invitaciones, habitualmente para deportistas que no tienen posibilidades de alcanzar ningún resultado. Son cupos, podríamos decir, participativos, no competitivos. Debemos realizar un análisis a fondo, ver quienes realmente tienen posibilidades de obtener medallas para Paris 2024 y realizar un trabajo profesional integral, o sea, enfocar bien los recursos, apostar bien.

¿Y con los años nos hemos quedado atrás?

En mis más de 30 años de actividad deportiva, tanto como atleta, como entrenador, y ahora en las ciencias del deporte, me ha tocado ver como, lamentablemente, países vecinos que nos han ido dejando atrás, incluso con mucho menos recursos que nosotros. El caso particular de Cuba, que con muy poco obtiene muy buenos resultados, la tan criticada Venezuela, que a pesar de tener presupuestos muy bajos en este momento sigue siendo competitiva, y Colombia o Ecuador, que han puesto en práctica planes muy exitosos. Nosotros hemos tomado el camino opuesto, por así decir: Un fuerte aumento en la inversión, y cada vez más atrás en los resultados; ¿algo está mal, no?

El problema es que la gente que ocupa cargos altos son por favores políticos y no tienen experiencia en Alto Rendimiento ni en Ciencias del Deporte. Por lo tanto, entienden que la solución va sólo en inyectar cada vez más y más recursos. Eso es un gran error, aunque por supuesto la inversión es una variable fundamental, pero se debe administrar de forma adecuada.

Y respecto de eso, las declaraciones de la ministra apuntan en la dirección contraria…

La ministra Pérez no tiene ninguna formación en el área del deporte, y tampoco fue deportista, por lo tanto, ella no puede entender y lo que diga tiene mayor peso.

El problema del deporte, es que se pagan favores políticos, y los cargos son ocupados por gente sin conocimientos ni experiencia. El deporte de Alto Rendimiento debe tributar más a aspectos sociales que a aspectos políticos. El deportista debe ser un ejemplo de formación de cultura deportiva, de hábitos de vida activa y saludable, tal como sucede en todo el planeta desarrollado. Lamentablemente las personas a cargo no saben, no entienden o bien, no quieren entender.

Te doy un ejemplo: En el laboratorio de fisiología del CAR se ha invertido durante la pandemia, una cantidad enorme de recursos, y sin embargo se despidió a los dos profesionales que llevábamos más tiempo trabajando en el recinto, sin dar ninguna explicación y además profiriendo acusaciones completamente falsas, es muy triste y humillante.

¿Podría relatarnos las circunstancias de su despido?

Durante la pandemia, estando todos los funcionarios en teletrabajo, surgió la posibilidad de ayudar de forma directa en la preparación de un deportista que se estaba alistando para participar en los Juegos Olímpicos de Tokio desde hace 5 años. Solicité el permiso correspondiente al señor Hugo Cerda, coordinador de Ciencias del Deporte del actual gobierno, vía correo electrónico, y además por teléfono, siendo un tema que ya habíamos conversado desde meses antes. Incluso en el correo de respuesta a mi solicitud, el cual tengo como respaldo, me desea mucho éxito y me facilitaba poder llevar algunos instrumentos del CAR. Todo lo anterior está en la demanda pública que presenté, no hay ningún misterio. El deportista en cuestión obtuvo un resultado extraordinario, quedando sexto en el mundo. Al regreso del viaje, que duró alrededor de un mes, me encuentro con la sorpresa de que no me iban a pagar el mes de sueldo correspondiente, y además me citaban el Sr. Cerda a una reunión con el administrador del Estadio Nacional, en la que supuse me felicitarían por haber podido viajar en un momento tan complicado para todos, recibiendo el apoyo no sólo de mi jefe directo, Luis Niedmann, sino además de mi familia, con mi señora embarazada y al cuidado de mi hijo de 1 año. Pero lamentablemente el motivo de la reunión era despedirme por haber viajado “sin autorización”, lo que es absolutamente falso. Acto seguido, el mismo señor Cerda despide sin razón alguna a Luis Niedmann, quien estaba saliendo exitosamente de un tratamiento médico y siempre apoyó la gestión para que pudiera ir a apoyar al deportista al extranjero. Nos sentimos traicionados ya que nunca descalificamos profesionalmente al señor Cerda y siempre, más allá del gobierno de turno, nosotros estábamos muy bien evaluados profesionalmente. Si me iban a echar del CAR, me hubiese encantado que el despido fuese por razones concretas o bien, por la idea de traer a mejores profesionales que nosotros, que llegamos en 1995 por concurso público y siempre resultamos bien evaluados incluso por la empresa externa que nos examinó durante el primer gobierno de Sebastián Piñera.