En tiempos inciertos, donde la línea de lo ético es traspasada si miramientos, y donde todos los valores sociales parecen relativos, el padre Puga entrega un mensaje claro, que llama a hacer definiciones y a ser claros respecto del bando en el que estamos. Este importante mensaje, severo y transparente, nos invita a nunca olvidar quiénes somos y a quiénes representamos.