Por: El Duende.

Otra vez despidos en la administración pública, específicamente en el Instituto Nacional de Deportes. Al parecer cada cuatro años las Instituciones públicas sufren este virus cíclico que ataca luego de finalizada una elección presidencial y comienza la instalación de los nuevos genios (de todos lados, Concertación, Alianza por Chile, Nueva Mayoría, Juntos Podemos, etc.) en cada una de las áreas de gobierno de turno.

En caso específico del área de Deportes, sea ha hecho recurrente que lleguen autoridades, que no son ni políticas, ni técnicas, si no que amigos de los amigos, sin currículo en luchas políticas (cualquiera sea) y sin currículo relacionado con el deporte. La excusa de todos es que cuando jóvenes jugaron a algo, no saben a qué, pero hicieron algo deportivo.

En la práctica, todo ese cúmulo de ignorancia acumulada que traen, la ponen a disposición del Deporte, que termina en la administración de una noble área que sirve para todo y para nada. El deporte cura el alcoholismo, cura las enfermedades, baja la delincuencia. En fin, siempre escuchamos que el deporte sirve para todo, pero en realidad no se hace nada en beneficio del deporte en sí.

Llegan nuevas autoridades, quienes evalúan lo realizado en el periodo anterior y como muchas cosas técnicamente son lo que deben ser, le cambian el nombre a los programas. Es como si pensasen que la pelota, con eso va a dejar de ser redonda. ¿Son esos aportes sustantivos?

Pero todo eso no termina ahí, ahora, necesitan espacio para ubicar en esta administración a su gente, a algunos que levantaron banderas o ayudaron como apoderados de mesa por el candidato y eso hace necesario echar funcionarios públicos para pagar los favores concedidos. En esta dinámica de despedir, pagan justos por pecadores. A veces alcanzan a tocar a asesores que llegaron con la administración anterior, pero la mayoría de ellos sigue trabajando con el nuevo gobierno y quienes pagan las culpas los funcionarios de carrera, aquellos trabajadores (la mayoría) que llevan varios años en su puesto de trabajo y han sufrido en varios cambios de gobierno de esta tensa espera del mes de octubre y noviembre de echarlos de su trabajo. ¿Por qué los asesores políticos no tienen un poco de dignidad, y si se fue la autoridad que los trajo, se van con ella?.

Lo grave de todo esto es que las autoridades llegan investidos de omnipotencia y arrogancia, ya que son capaces de no acatar las leyes vigentes que rigen la administración del Estado, y nace la pregunta, ¿quién controla que las autoridades lleven cabo sus programas (no cuando no hay programas)?. ¿Quién se responsabiliza cuando las leyes no se cumplen o se saltan por el lado a un órgano contralor?. ¿Quién se hace cargo de la contratación de abogados expertos en blanquear irregularidades debido a que tienen relaciones con instituciones contraloras y dan las pautas para proteger los ilícitos?

Entonces aparece la figura del funcionario público de carrera que es el aparente responsable de las malas prácticas, sin embargo los trabajadores sólo ejecutan los que las jefaturas indican, nunca nos olvidemos que el estado es jerárquico y siempre hay un jefe que da una instrucción.

Pero retomemos la expertiz de las autoridades, entendemos que la ministra es el representante político del gobierno y puede ser ignorante en los temas técnicos, pero se supone que el gobierno le pone un equipo de expertos. ¿Y dónde están?. No los hay. Son más amigos de los amigos y esa es la dinámica de la administración del estado actual.

En estos días despidieron a 24 trabajadores del Instituto Nacional de Deportes. Los echó el Director Nacional. A algunos por “malas evaluaciones” y lo irrisorio es que todos tienen buenas notas. A otros porque se “cambia la estructura institucional” y las unidades en que trabajaban siguen en esta nueva estructura. Dicho sea paso esta nueva estructura es centralista y creada para Santiago, pero hoy día es inaplicable en las Direcciones regionales; o sea otra cosa mal hecha por los “expertos”.

Que lamentable lo que pasa, lo positivo es que la sociedad está despertando y se está dando cuenta, tarde, pero se da cuenta al fin, que cada acción buena o mala, es un voto que se gana o se pierde y en esta área tan noble como el deporte, que eran muchas las expectativas que el mundo deportivo, tenía en el gobierno que asumió, se han ido desvaneciendo y con eso también, los votos de los próximos eventos políticos que viene a futuro.

El reflejo de esto, son las encuestas, una ministra que a pesar de estar en sector blando, no tiene relevancia, un Presidente que por primera vez, el rechazo es mayor que la adhesión; pero sin embargo lo anterior, la altanería y la arrogancia avanza en el tiempo con nuestras autoridades.

Hacemos un llamado a la comunidad a informarse a conocer lo bueno y lo malo para tomar las decisiones que vienen en un futuro cercano la ciudadanía está cansada de tener autoridades corruptas y el primer acto de corrupción de un “funcionario con espíritu de servicio público (como se denominan algunos) es aceptar un cargo para el cual no tiene las competencias y fue nombrado por ser amigo del amigo.»

Los invito a no equivocarse en futuras decisiones ciudadanas, ya que como de costumbre está en juego el destino y futuro de nuestro país.