Por Luis López Duarte, dirigente nacional ANFUCHID

Más de alguna vez hemos escuchado esta pregunta de algún compañero de trabajo.

Y a lo mejor, más de alguna vez uno se ha hecho esta misma pregunta.

¿Qué gano con estar asociado?

¿Qué me entrega la asociación o el sindicato?

Bueno, principalmente los seres humanos nos juntamos cuando tenemos intereses y problemas comunes, y además nos juntamos para defender esos intereses y dar soluciones a esos problemas comunes. Eso hacen los trabajadores cuando forman sus sindicatos o sus asociaciones.

Lo más probable es que quien se haya hecho esa pregunta, nunca haya estado en ninguna asociación o sindicato. Lo peor es que quienes no están organizados, critican y desacreditan las organizaciones sin tomar en cuenta el contexto en que éstas han evolucionado desde la dictadura.

Sin embargo cuando la organización consigue algo que beneficia a los trabajadores, entonces también ellos “estiran la mano”.

La pregunta entonces es obvia ¿Para qué me voy a asociar, si igual recibo los beneficios?

Esta es una conducta oportunista y mezquina de muchos, pero que no deja de ser cierta. Pero ¡cuidado! Como dice el último verso del poema atribuido a Bertolt Brecht:

“…ahora vienen por mí, pero es demasiado tarde”.

Ya es hora de preocuparse y tomar conciencia de que vienen “tiempos peores”, pues se acerca diciembre y son casi inminentes los despidos de fin de año.

Por último, creo que los trabajadores, que sí están organizados, merecen todo el respeto de aquellos que no entregan ni un átomo de esfuerzo en la lucha por obtener beneficios o defender a sus pares. Lo mínimo es reconocer el esfuerzo que hacen los trabajadores organizados, por todos.

«Si no luchas, ten al menos la decencia de respetar a quienes sí lo hacen»

José Martí