A las que luchan. A las que lo dejan todo. A las que madrugan en el campo y la costa para levantar a sus hijos y encender el hogar mientras, como dice Jorge Drexler “El día le va pudiendo, poco a poco al frío…”. A las que salen a trabajar todos los días al alba. Cabezas de hogar, madres, hijas. A las que hacen de enfermera, costurera y sicóloga. A las que les pagan menos y pagan más porque la fertilidad es preexistencia, y la pensión digna es una “caballerosidad” de los que hacen llamar caballeros…

A las que forman hijos ajenos, dejando muchas veces de atender a los suyos, a las que se levantan para defender su tierra, su comunidad su mar su río, el futuro, contra el mal llamado progreso y a las que sufren maltrato físico y emocional.

Para todas ellas, para las que limpian lágrimas de niñez en el patio de alguna escuela, y para las que brillan en la ciencia, la técnica, el deporte y el arte. Para las excelsas y para las sencillas, pero muy especialmente para nuestras compañeras funcionarias, nuestro respeto, cariño y abrazo fraterno.

ANFUCHID Nacional.