Por: La Hormiguita

Todos sabíamos que en un segundo gobierno de Piñera, tanto la Función Pública como los puestos de trabajo estarían en grave riesgo.  Es bien sabido que uno de los objetivos de un gobierno de derecha es minimizar el Estado, ya que eso abre grandes oportunidades de negocio. La externalización de servicios que el Estado presta a la ciudadanía, permite crear nuevas empresas que los ofrezcan e incluso presten el servicio a través de terceros.

Es muy inusual que el Estado, administrando su propio patrimonio, lo haga mediante transferencias al sector privado; tampoco es común crear líneas presupuestarias basadas en la suma de los presupuestos de una agrupación de centros deportivos y programas, sin que éstos dispongan realmente de un presupuesto del que puedan hacer uso. Así, los recursos que, supuestamente, corresponderían a cada uno de esos centros deportivos pueden terminar asignándose a otro recinto o programa. Para colmo, estos “ajustes” suelen realizarse durante el último mes del año, lo que genera sendas crisis en los centros que ven abruptamente disminuidos sus recursos, y en aquellos que deben reformular su  plan de compras para lograr ejecutar el nuevo presupuesto artificiosamente “inflado”.     

El daño que la administración actual del IND le ha provocado al CAR ha ido destruyendo la forma en que hasta ahora el Centro se ha relacionado con los deportistas, alejándolo cada vez más de su misión.

El CAR se inauguró el año 1996 con bombos y platillos, era un anhelo del mundo deportivo y una necesidad largamente sentida. El modelo que comenzó a ser desmantelado con el primer gobierno de Piñera, disminuyendo el propio de la institución para externalizar los servicios de Mucamas y Aseo. Cayó ostensiblemente la calidad del seguro de salud para los deportistas y, durante ese período el CAR perdió a varios especialistas que habían estado desde el comienzo del Centro y que, además habían entrado por concurso. Luego el área de ciencias se completó con personas que no pasaron el debido concurso, como fue al comienzo de la historia del CAR.  

Ahora, el Servicio muestra lo peor de su gestión, haciendo desaparecer al CAR como Equipo de Trabajo independiente para sumirlo dentro del equipo del Estadio Nacional, lo que no sería dañino si se considerase que en este caso sólo está primando el criterio territorial, pero al parecer a la autoridad se le olvida que el CAR está inserto directamente en los objetivos y productos estratégicos del Servicio, luego de esto y para empeorar la gestión, se decide eliminar el CDC del CAR, fundiéndolo con el del Estadio Nacional, no existe una explicación que justifique en qué esta fusión mejora el servicio o de qué forma mejoraremos la gestión con esta fusión, lo único que se desprende de ésta es que podrían ocurrir eventuales despidos, no renovación de contratas y otro tipo de represalias contra los trabajadores con las evaluaciones secretas que hacen la jefaturas y que ya han sido utilizadas contra los trabajadores durante este gobierno. Qué puede ver un trabajador que lleva años en este Servicio, que la autoridad ha hecho todo lo posible para que el Servicio pierda su presencia, pierda en la calidad del servicio que entrega, pierda su posicionamiento frente a los deportistas y la ciudadanía, no existe argumento para decir que estas extrañas decisiones aporten a conseguir mayores logros, mejoren la gestión o generen bienestar a los deportistas. Así mismo podría ocurrir con otro de nuestros centros de responsabilidad.