En nuestro servicio, y también en el resto de los servicios han ido aumentando en cantidad las contrataciones de carácter precario. Esta fragilidad no está vinculada a los bajos salarios, horas de trabajo, etc., sino principalmente a la estabilidad laboral, o sea a la posibilidad cierta de perder el empleo sin recibir ningún tipo de indemnización.

En este caso de precariedad, tenemos a los trabajadores contratados bajo la denominación “A contrata” y a los Honorarios.

Los trabajadores o funcionarios contratados bajo calidad jurídica “a contrata”, como en todo el sector público, considerando que tienen los mismos deberes que uno de planta (pero no los mismos derechos), y salvo que se prorrogara la contrata, sus labores duran hasta el último día del año en que fueron contratados y ese día terminan sus funciones, aún cuando no exista ninguna de las causas en las que pudieran desvincularlo, o sea, la autoridad ni siquiera tiene que molestarse en despedirlo. Tampoco tiene que avisarle la “no renovación”.

Al llegar noviembre, entonces, el futuro es incierto, aún cuando han aparecido circulares gubernamentales (no respetadas por cierto) que indican que las no renovaciones deben estar debidamente fundadas y con criterios objetivos y deben basarse en las calificaciones.

Es más, si la contrata fue bajo la fórmula “mientras sean necesarios sus servicios”, entonces se le puede desvincular al trabajador en cualquier momento, donde muchas veces la razón es arbitraria o política.

También tenemos a los trabajadores honorarios; trabajadores que no son considerados funcionarios públicos y que se rigen exclusivamente por las reglas establecidas en el contrato, por lo que se les puede poner término en cualquier momento, si esa facultad quedó convenida en la firma del documento.

Allí la precariedad y desigualdad es completa: no tienen previsión, indemnización, salud, vacaciones, aguinaldo, días de permiso administrativo, bonos, etc. o sea son los trabajadores más desprotegidos del servicio. Los beneficios a los que pudieran tener derecho, son los que se hayan convenido en el contrato.

Nuestro servicio, por años ha desconocido los derechos fundamentales de sus trabajadores mediante estas figuras contractuales (funcionarios a honorarios y a contrata). Las desvinculaciones, que para nosotros son una vulneración de esos derechos fundamentales, son principalmente de estos trabajadores.

Para este fin de año, nos aprontamos inevitablemente a la desvinculación de funcionarios, mediante la “no renovación” de las contratas y honorarios, esgrimiendo falta de recursos debido a las reducciones presupuestarias, que han ido por el ítem correspondiente a inversiones, déficit presupuestario en el subtítulo 21, que corresponde a personal, agravado por la integración indiscriminada de jefaturas traídas por este nuevo director que no ha promovido la carrera funcionaria, existiendo en el servicio personas con las competencias, capacidades y experiencia en este sector.

Jurídicamente, no es mucho lo que se puede hacer al ser despedidos de forma arbitraria, por lo que la organización de los trabajadores cobra importancia para poder revertir esta situación. Debido a esto es que en la redacción de un posible protocolo de acuerdo, nuestra asociación pretende, en una de sus cláusulas, comprometer al Director Nacional a “que durante el período de revisión y renovación, los trabajadores en calidad jurídica “A Contrata” que se encuentren en lista uno, así como los trabajadores honorarios, con buena evaluación del rendimiento, no se consideren dentro de las posibles desvinculaciones” y que sean efectivamente respetadas las directrices enviadas desde el Ministerio de Hacienda.

 

Luis López, Director Nacional ANFUCHID

ANFUCHID Comunicaciones.