Información publicada en El Mostrador: Es en el marco de los arreglos al Estadio Nacional para los Juegos Panamericanos 2023. Organizaciones sociales han rechazado públicamente la iniciativa, también cuestionada por la Corporación Estadio Nacional Memoria Nacional, que inició una recolección de firmas en su contra. Desde el Gobierno aseguran que resguardarán los aspectos vinculados a la memoria histórica. Para la arquitecta Verónica Adrián Araneda, la idea «no solo parece un despropósito y una ignominia, porque continúa en la línea de privatizar nuestros espacios públicos para el negocio de grandes consorcios internacionales, sino porque nuevamente es el propio Estado el que pretende infligir dolor a nuestra sociedad, pretendiendo borrar y vulnerar de nuestra memoria colectiva un sitio donde ocurrieron hechos que nunca más deberían repetirse». En 2000, un exsuboficial del Ejército manifestó que “el Velódromo del Estadio Nacional era un campo de ajusticiamiento». Hay 30 millones de dólares en juego.

Organizaciones sociales manifestaron su rechazo a una iniciativa para concesionar por 40 años el sitio de memoria Velódromo del Estadio Nacional, junto a una refacción del lugar por 30 millones de dólares, en un proyecto cuestionado por la Municipalidad de Ñuñoa, aunque el Gobierno asegura que se respetarán las consideraciones de organizaciones de derechos humanos.

Tras el golpe de 1973, el Velódromo fue usado como centro de torturas, específicamente en los camarines, el túnel 8 y el Caracol. Hay molestia en la Corporación Estadio Nacional Memoria Nacional, pues prácticamente no han sido incluidos en la tramitación del proyecto, entre otros motivos porque, debido a la pandemia, sus miembros no pueden acceder a sus oficinas en el Estadio desde marzo de 2020.

La Corporación inició una campaña de firmas, titulada «No a la intervención ilegal de los sitios de memoria histórica», junto a los trabajadores y trabajadoras de este recinto deportivo y el sindicato ANFUCHID.

Allí denunciaron que «lo que es un gran orgullo para todas y todos los chilenos, hoy no es más que el símbolo de la indolencia, autoritarismo, irresponsabilidad, abuso, maltrato y prácticas antisindicales de la ministra del Deporte, Cecilia Pérez, y de la directora nacional del IND, Sofía Rengifo».

«Nos referimos, a la construcción del Parque Deportivo Estadio Nacional, obras que ya están en ejecución, y que hoy han dejado en evidencia la verdadera cara y propósito de esta administración: tapar bajo tierra los sitios que están al interior de este recinto deportivo, que nos recuerdan las atrocidades del Gobierno Cívico Militar y pisotear los derechos de las trabajadoras y los trabajadores de este recinto y sus asociaciones».

Del tema ha sido excluido además el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN), que hasta el momento no ha recibido ninguna presentación formal relativa al Velódromo en el marco de la señalada iniciativa, según informó a este medio.

Eventos masivos

La alerta saltó la semana pasada, tras una reunión entre representantes vecinales, municipales y del Gobierno. Según un comunicado de las agrupaciones, el objetivo es construir «un Arena destinado a eventos masivos, tanto shows artísticos como deportivos».

«Hacemos un llamado urgente a la opinión pública y a las organizaciones populares para apoyarnos en el rechazo a esta iniciativa del Gobierno y detener este atropello, preservando este espacio para la Memoria de la humanidad, con el respeto y la relevancia que el pueblo de Chile se merece», afirma la declaración.

La alcaldesa Emilia Ríos también manifestó sus reservas a El Mostrador, tras ser consultada por el proyecto.

“Hemos tomado el compromiso de resguardar los espacios de memoria de nuestra comuna. Como lo hemos expresado con anterioridad, es necesario establecer una mesa de trabajo permanente que incluya a todos los actores involucrados, la Corporación Estadio Nacional Memoria Nacional, al Instituto Nacional de Deportes y las juntas vecinales, de manera de establecer una trabajo colaborativo. Como municipio nos haremos parte de las conversaciones, la memoria se debe respetar”, expresó.

Quince propuestas

El proyecto lleva ya varios años de trabajo. Respecto a la concesión en el Estadio Nacional, en marzo pasado, el diario La Tercera informó que «el Gobierno ha visto unas 15 propuestas de interesados. Operadores internacionales han puesto foco en la iniciativa, y si bien los privados esperaban debutar con el inmueble para los Panamericanos 2023, los plazos no dan. El Ejecutivo, no obstante, avanza: las bases se presentarán este semestre y se adjudicará en esta administración”.

Todo esto es rechazado por las organizaciones sociales.

«Por distintos canales hemos manifestado nuestro rechazo absoluto a esta iniciativa, por ser una afrenta grave a la ciudadanía, ya que se trataría de la destrucción de un sitio emblemático de la violación a los Derechos Humanos y de crímenes de lesa humanidad efectuados durante el período de la dictadura cívico-militar, y que debe ser preservado para la Memoria de la humanidad», señala el comunicado de las organizaciones.

«El proyecto, sin embargo, ha seguido su curso y ya se encuentra en proceso de licitación, haciendo oídos sordos al clamor de las organizaciones de derechos humanos y territoriales, como un flagrante atropello al conjunto de la ciudadanía, que ni siquiera ha sido consultada por la autoridad en un tema tan relevante».

Antecedentes

En abril pasado, la Corporación Estadio Nacional Memoria Nacional envió una carta al CMN, donde expresó sus reservas sobre la iniciativa.

En la misiva, la Corporación relató, a modo de antecedentes, que en agosto de 2019 se creó la Comisión Panamericanos Santiago 2023, que entre sus integrantes cuenta con el ingeniero Cristián Aubert, actual director del Movistar Arena.

Ya en septiembre de 2019, el diario La Segunda informaba de una renovación del Velódromo por unos 30 millones de dólares, aunque la entonces ministra Pauline Kantor aseguró que se preservarían los aspectos vinculados a la memoria histórica.

La propia Corporación Santiago 2023 informó ese mes «que la nueva Arena, que se construirá donde actualmente está el viejo velódromo del Estadio Nacional, será licitada y concesionada».

En noviembre de 2020, además, hubo una reunión entre el jefe de la División de Infraestructura del Mindep, Ernesto Urdangarin, y Agustín Alcalde, encargado de presupuesto, representando a «Consorcio Chileno», empresa que esta interesada en participar en la licitación de futura Arena del Estadio Nacional.

Según los registros de la la Ley del Lobby, allí se indicó que «respecto a cómo se entregará el terreno, se aclara que existirá un levantamiento lá5ser de la situación del terreno y la demolición será de cargo del adjudicatario. La concesión debiera ser con un máximo de 40 años, pero de todos modos este plazo irá detallado en las futuras bases de licitación».

Tras ser consultado al respecto, Urdangarin manifestó que «el día jueves recién pasado, a petición de la Ilustre Municipalidad de Ñuñoa, se presentaron los avances del proyecto Parque Deportivo Estadio Nacional a la alcaldesa, concejales, vecinos y diferentes agrupaciones convocadas por la municipalidad».

«En la reunión, se les traspasó a los presentes el estado de avances del proyecto y sus recintos y entre las consultas sobre la información publicada en diferentes medios de comunicación referente al proyecto concesionado para el exvelódromo, se informó que es una propuesta que está siendo evaluada aún y que su objetivo es proponer una regeneración urbana de ese sector (esquina Pedro de Valdivia – Guillermo Mann) a través de un espacio que promueva el deporte, cultura y música».

«La iniciativa considera el estudio de todos los elementos patrimoniales y de memoria y busca que se pueda poner en valor el sector por medio de un proyecto que la misma Corporación Estadio Nacional Memoria Nacional entregó detalles para poder ser incorporados en el sector y darle continuidad a la ruta de la memoria», aseguró.

Hito histórico

La arquitecta Verónica Adrián Araneda, activista en defensa de los barrios de Ñuñoa, destaca que el Estadio Nacional es un hito histórico que le pertenece a todo el país, originándose a mediados de los años 30, cuando el deporte comenzó a ocupar en Chile un lugar prioritario en la agenda pública, inaugurado por el Presidente Arturo Alessandri en 1938.

«En términos arquitectónicos y urbanos, representa un ícono en la concepción de infraestructura pública del Estado chileno, una obra monumental inspirada en las corrientes del Movimiento Moderno, que impactó y determinó el crecimiento y modernización de la ciudad hacia los contrafuertes urbanos al sur-oriente de Santiago, en antiguas chacras de Ñuñoa, en el marco del 1er Plan Intercomunal de Santiago concebido por el urbanista austriaco, Karl Brunner», resalta.

Destaca, asimismo, que durante sus ya 83 años de vida, el Estadio Nacional ha encarnado sucesos emblemáticos del devenir nacional, tanto deportivos, culturales, políticos, «como también por haber sido el principal campo de concentración y de exterminio durante los primeros meses de la dictadura cívico-militar en 1973, en cuyos recintos se violaron cruelmente los derechos humanos por el Estado, de miles de chilenos y chilenas, razones por las cuales, el año 2003, el Estadio Nacional fue declarado Monumento Histórico por el Consejo de Monumentos Nacionales».

Crímenes en el Velódromo

En ese sentido, a juicio de Verónica Adrián Araneda, la decisión del actual gobierno de licitar por 40 años el Velódromo del Estadio Nacional, donde fueron torturadas y asesinadas personas, para edificar en su lugar un “Arena”, o “centro de eventos de categoría internacional”, «no solo parece un despropósito y una ignominia, porque continúa en la línea de privatizar nuestros espacios públicos para el negocio de grandes consorcios internacionales, sino porque nuevamente es el propio Estado el que pretende infligir dolor a nuestra sociedad, pretendiendo borrar y vulnerar de nuestra memoria colectiva un sitio donde ocurrieron hechos que nunca más deberían repetirse».

Un testimonio recogido en el Informe Rettig señala que «una vez introducidos en las cámaras de tortura del Velódromo, ubicadas en los distintos camarines y particularmente en dos lugares, los denominados Caracol, Caracol Norte y Caracol Sur, se nos desnudaba, se nos vedaba la vista y comenzaba el tratamiento que consistía en una ininterrumpida sesión de patadas en los testículos, riñones y en el estomago a cargo de soldados que se turnaban en esta faena. Como eso no bastaba, se nos amarraba de pies y manos por detrás de la espalda y se nos colgaba de una roldana. Estando en esta posición, seguían los golpes y las aplicaciones de energía eléctrica en la lengua, órganos genitales, en los oídos y sienes… Fui sometido a este tratamiento interrumpidamente durante 27 días. El más corto duró 20 minutos, el más prolongado 7 horas…. Por cierto, mi caso no es un caso aislado».

En 2000, un exsuboficial del Ejército manifestó que “el Velódromo del Estadio Nacional era un campo de ajusticiamiento. Los cuerpos eran sacados del estadio con destino desconocido, había equipos especiales con unas camionetas cerradas que operaban en el interior”.