Por: La jardinera

Hace algunos días se presentó Ricardo Arjona en el Estadio Atlético Mario Recordón, del Estadio Nacional. Como ya es habitual la productora que toma el Estadio Nacional con sus escandalosas faramallas realizó un gran despliegue para evitar que entren los colados, lo que siempre repercute en los trabajadores, tanto del Estadio como del CAR, que deben enfrentar controles y cortapisas para poder llegar a sus trabajos.

El día del concierto la ministra del deporte, Pauline Kantor, se encontraba en el CAR realizando su actividad habitual: fotografiarse con deportistas. Desde su llegada puso la nota alta, haciendo que su chofer ingresara al estacionamiento del CAR a contrapelo de los trabajos que allí se estaban realizando y la prohibición de ingreso que regía para los deportistas usuarios del CAR. Como es su costumbre, ingresó al recinto sin saludar a nadie. Posó para las cámaras y luego comenzó a buscar la forma de colarse al concierto del guatemalteco.

Y entró, por supuesto. Haciendo uso de su cargo consiguió, sin pagar, lo que miles de chilenos y chilenas, sin recursos para procurarse una entrada, no pudieron conseguir. En realidad consiguió más, llegó hasta el camarín del artista y se fotografió con él, algo que ni los que pagaron pudieron hacer.

Todos quienes laboramos en el sector público sabemos que el uso abusivo de un cargo está normado por el estatuto administrativo y constituye una falta a la probidad. ¿Cuál hubiese sido la reacción de la Sra. Ministra si uno de los trabajadores del ministerio hubiese usado las mismas malas artes para llegar a sacarse una foto con un artista que realiza un espectáculo en alguno de los recintos IND? Como mínimo, se hubiese hecho acreedor de un sumario administrativo y, seguramente, de una sanción ejemplificadora para el resto de los funcionarios. Pero para la ministra Kantor llegaron los tiempos mejores, sin ninguna duda.